Mientras Robbie enfrentaba peligros por su cuenta, Nara y Rexy también pasaban por toda una aventura.
Había recuperado su memoria, pero aún así esto fue una sorpresa para ella. Los TriceraRocks normalmente se dedicaban a lo suyo, moler piedras y muros, abrir caminos entre los sueños, minar las cuevas del subconsciente buscando tesoros escondidos, pero en esta ocasión todo era diferente. Pareciera que algo estaba alterando a todas las criaturas de la imaginación, tornándolas violentas, salvajes, los TriceraRocks no eran la excepción.
Nara se encontraba en peligro, pues el TriceraRock más grande y gordo que había ella visto la tenía en su mira, a la espera de cualquier provocación.
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